Muchas voces advierten serán los países ricos quienes acopiarán las vacunas contra el COVID-19 en una competencia para inocular en primer término a sus poblaciones.
Aunque políticos y funcionarios de sanidad se han comprometido públicamente a compartir de manera equitativa cualquier vacuna que resulte eficaz, la principal iniciativa global permitiría a los países ricos acumular existencias y dejar menos dosis a disposición de los pobres.
Se investigan decenas de vacunas, y algunos países, como Reino Unido, Francia, Alemania y Estados Unidos, han encargado millones de dosis cuando aún no se ha demostrado que resulten eficaces.
La iniciativa clave para ayudar a los países más pobres, es encabezada por Gavi, una sociedad entre el sector público y privado iniciada por la Fundación Bill & Melinda Gates que compra vacunas para el 60% de los niños del mundo.
Gavi dijo que quienes aporten a su “Instalación Covax” tendrán “la oportunidad de beneficiarse de una cartera más amplia de vacunas contra el covid-19”; dijeron a los gobiernos donantes que cuando se encuentre una vacuna eficaz entre las inyecciones experimentales, esos países recibirán vacunas para el 20% de su población, a utilizar según los deseos de cada país.