Los enfrentamientos entre los grupos armados palestinos encabezados por Hamás, que lanzaron más de mil cohetes hacia Tel Aviv y sus alrededores, además de Israel, quien bombardea intensamente la Franja de Gaza, han dejado al menos 50 muertos, entre ellos 14 niños.
Además del creciente número de muertos, más de 300 palestinos resultaron heridos, y muchos fueron rescatados de las ruinas de los edificios. Del lado israelí, más de 100 personas resultaron heridas.
La violencia tiene su origen en los disturbios del fin de semana en la Explanada de las Mezquitas, el tercer lugar más sagrado del Islam, en Jerusalén este, anexionado por Israel en 1967.
La preocupación crece en la comunidad internacional y el Consejo de Seguridad de la ONU se prepara para otra reunión de emergencia durante esta jornada.
Este martes, fuerzas israelíes mataron en uno de sus ataques aéreos al comandante de Hamás en Gaza, Bassem Issa. El movimiento palestino, considerado por Israel como terrorista, ha confirmado el deceso del militar, que se convierte en la figura del rango más alto de Hamás que Israel ha matado desde 2014.
Estados Unidos, Rusia, Turquía, la Organización de las Naciones Unidas, la Unión Europea e incluso México se han pronunciado al respecto, pidiendo que el conflicto se frene, ante las alertas de una “guerra a gran escala”.
En Israel, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, declaró el estado de emergencia en la ciudad de población mixta judía-árabe de Lod, donde la policía informó de disturbios por parte de los residentes árabes.
Según el ejército, los ataques aéreos israelíes, los más intensos dese 2014, son una respuesta a los “más de mil cohetes” lanzados por varios grupos armados desde la Franja de Gaza hacia su territorio.